PARTE IV
A las 15 hs aproximadamente salimos de Cataratas, cruzamos al
estacionamiento, la Sprinter en perfectas condiciones, entregamos
el ticket de pago y partimos. Muchísimo calor y muchísima humedad
que nos tenían muy mal. Partimos a Puerto Iguazú, a conocer, a
recorrer un poco. Tomar fotos en el Hito Argentino, el puente de
las tres fronteras, en fin todo aquello que asombraba al ojo
humano, debía captarlo la cámara para compartir con los amigos. Y
así comenzaba la vuelta, donde la premisa era conocer tambien la
provincia de Entre Ríos para poder marcar todo el norte argentino.
Ya estaba trazada la hoja de ruta: debíamos retornar hasta El
Dorado, de ahi tomar la Ruta 17 hasta la unión con la 14 y de ahi
comenzar a bajar por la 14. Así que bueno, primer destino 9 de
Julio, primer pueblo sobre ruta 17 así ya quedábamos encaminados.
Allí arribamos a las 20 hs aproximadamente, donde luego de comer
algo, nos fuimos a dormir. Al otro día despertamos tempranito y
arrancamos, con día feo, con lluvias y lloviznas intermitentes,
pasamos por Santiago de Liniers y llegamos a Pozo Azul, donde
debíamos tomar la Ruta 14, pasamos por San Pedro “Capital de las
Araucarias” y a poco de pasarlo exactamente a las 09:19 se
cumplieron los 3000 Km de nuestro viaje... de ahi seguimos a
Paraíso.


Nuestra Sprinter cada tanto encendía la luz de falta de agua, asi
que era necesario detenerse y echarle, luego seguir. El espacio
entre parada y parada fue acortándose, al punto tal que decidimos
ingresar a un taller mecánico a que la revisen. No le encontraron
ninguna pérdida por lo que aconsejó el mecánico echarle sella
radiadores hasta que llegaramos a nuestra casa. Eso hicimos,
gastamos más en sella radiadores que en combustible... pero bueno,
nos permitió llegar en perfectas condiciones. Asi seguimos
transitando distintos pueblos: San Vicente, Dos de Mayo, Polshka,
Campo Grande, entrando a conocerlos y fotografiarlos. Llegamos a
Oberá, que tambien recorrimos, y al salir fuimos en busca de
conocer un secadero de la yerba Verde Flor. Nos pasamos de largo
para entrar, camino de piedra y barro rojo (obviamente) y al
llegar a los portones nos dijeron que estaba prohibida la entrada,
ni modo de conocer. Al querer retirarnos, como venía una moto de
frente Horacio se orilló con la Sprinter y que pasó? Nos quedamos
empantanados!!!! Un camionero que esperaba salir no le quedó otra
que tirarnos y sacarnos de allí... seguimos viaje renegando un
poco, claro, pero bueno, normas son normas y hay que respetarlas.


Aproximadamente 16:15 estábamos ingresando a Corrientes, y más
tarde paramos en la YPF de Virasoro. Allí dormimos placidamente y
al otro día (14-09) arrancamos tipo 8 y cuarto con idea de
continuar viajando despacito en nuestra vuelta a casita. Allí
nomás a los pocos minutos nos encontramos con el Establecimiento
Las Marías. Una vez más hicimos el intento por conocer algo más
sobre la yerba mate y allí si que nos atendieron como los dioses.
Nos dieron una visita guiada hasta con camioneta, transmitiendo a
traves de la sintonia de una frecuencia en FM. Excelente es el
calificativo que le cabe y más aún. Desde explicar la historia de
Las Marías, proceso de cultivo de te y yerba mate, elaboración de
los distintos tipos de yerbas y tes, recorrer las instalaciones y
cada uno de los sectores, descubrir que los 2000 empleados que
alberga Las Marías, tienen su casa que la misma empresa les presta
mientras viven alli, tienen escuelas para sus hijos, clubes para
practicar deportes, hasta un lago artificial para deportes
náuticos, médicos y enfermeras gratis para los que allí viven y
tambien para los visitantes. Realmente un pequeño pueblo
autosuficiente que está a punto de cumplir cien años y que nació a
partir del esfuerzo y el trabajo incansable de los primeros
pobladores y fundadores de la empresa. Obviamente salimos de Las
Marías cargados de distintas marcas de Yerba mate, té, papas
Pringles (allí las envasan) y algunos regalitos para los amigos...
ahhh olvidaba contarles que en esa excursión guiada nos
encontramos con otro matrimonio de Bowen, es decir, viven a 15 km
de nuestra casa y nos vinimos a encontrar con ellos en Las Marías,
cosas del destino.


Proseguimos nuestro viaje siempre por la Ruta 14 que en realidad
es autovía con doble mano separadada por un enorme cantero,
comoda, señalizada, en excelentes condiciones y para nada
aburrida. Pasamos por Santo Tomé, luego por Alvear Corrientes.
Cargamos combustible y nos detuvimos a comer en un restaurante,
Horacio almorzó milanesas con papas fritas mientras que yo probé
la boga con mandioca, muy rico todo. Luego de almorzar salimos
para continuar un ratito el camino, llegamos a La Cruz y allí nos
quedamos a descansar y pasar la noche.
El 15 de Setiembre estábamos en La Cruz, Corrientes, levantándonos
a las seis treinta de la mañana, super descansados y fresquitos
como una lechuga, arrancando desde La Cruz y ahi nomás primer
pueblo Yapeyú, cuna del General José de San Martín. Un hermoso y
antiguo pueblo que guarda mucha historia y del cual por supuesto
trajimos fotografías. Desde Yapeyú continuamos a Tapebicuá, luego
Paso de Los Libres, más tarde Bonpland y finalmente a las 12.40
llegábamos a Mocoretá, último pueblo de Corrientes y allí
decidimos quedarnos, conocer, recorrer, cenar y dormir para –al
día siguiente- ya prepararnos para ingresar a la provincia de
Entre Ríos para marcar una más en el mapa. Allí en Mocoretá fuimos
a un camping, a orillas del Rio Uruguay, un lugar paradisíaco,
donde Horacio hizo un asadito y chorizos, que acompañamos con
excelente vino... noche maravillosa a la luz de la luna y al lado
del río... más no se podia pedir...


Al día siguiente, ya 16 de septiembre, arrancamos del camping a
las 07:30 y exactamente a las 07:51 estábamos cruzando el límite e
ingresando a la pcia de Entre Ríos, hermosa provincia, hermosos
campos, grandes extensiones rurales y ganaderas. Desde que
habíamos salido de Misiones que nos acompañaba la lluvia primero,
la llovizna despues, por varios días claro. Ya despues solo nubes,
pero el calor intenso fue disminuyendo a medida que nos íbamos
alejando del norte argentino. Ya el clima era muy agradable, sin
frio pero sin calor... menor cantidad de humedad, tambien mucha
menor intensidad en la vegetación, tanto en cantidad como en
colorido. El terreno totalmente diferente, ya en parte de
Corrientes habíamos dejado la tierra roja de lado, tambien las
subidas y bajadas del camino para transformase en una planicie
total donde podíamos apreciar a lo lejos el horizonte como la
linea que separaba el cielo de la tierra... todo había cambiado y
nosotros seguíamos avanzando. En Entre Ríos cruzamos grandes
ciudades como Federación y Concordia en las que no nos detuvimos
demasiado, ya que tanto Horacio como yo huimos de las grandes
ciudades con semáforos, lomos de burro, moderadores, etc,
pareferimos los pequeños pueblos, su tranquilidad, su paz, el
vecino que te ve pasar y te saluda agitando su mano, ese ser más
sencillo y campechano, la paz, la tranquilidad de la placita del
pueblo... así que bueno, dimos unas vueltitas y retomábamos la
ruta. En nuetro transitar visitamos Ubajay, otro de los pueblos a
la orilla del camino y finalmente recalamos en Cólón a donde
llegamos cerca de las cuatro de la tarde. Nos fuimos a la plaza,
pusimos nuestro puestito de venta (no vendimos mucho) y nos
distraíamos charlando con uno y con otro que pasaban y se detenían
a conversar, hasta con el policía que le tocaba la ronda en la
plaza tuvimos una larga charla... Por la noche fuimos a comer
pizza con cerveza, Horacio como siempre milanesas con papas fritas
y luego una vueltita caminando antes de dormir. Habíamos
estacionado el motorhome cerca de la Comisaría y ya casi llegando
a las puertas de la misma estaban fuera tres o cuatro policias que
amablemente nos invitan a ser testigos de un procedimiento. Así
que uno no se puede negar, es una carga pública, por ende
ingresamos y allí estuvimos por casi una hora siendo testigos del
procedimiento. Al salir dimos otra caminata y luego nos fuimos a
descansar, quedándonos una anécdota más de nuestro viaje...


Arrancamos de Colón luego de descansar plácidamente , a las 9:35
ya estábamos nuevamente en ruta, pasamos Concepción del Uruguay,
luego Gualeguaychú, recorriendo, tomando fotos, conociendo cada
lugar, pasamos en el KM 131 por el Santuario de Gilda, lugar donde
tuvo el accidente que le costó la vida. Y ya estábamos a pocos
pasos del puente sobre los Rios Paraná y Uruguay, que luego de
cruzarlos nos depositaría en Zárate. Ya en Zárate, provincia de
Buenos Aires nuestro viaje continuaba: pasamos San Antonio de
Areco, luego Arrecifes y allí decidimos quedarnos en una estación
de servicio donde comimos unas empanadas y luego de charlar un
rato con los amables empleados, nos fuimos a descansar,
continuando nuestro viaje al otro día, 18 de septiembre.


Hermosa jornada de sol recorriendo nuestro trayecto, pasando por
Rojas, para luego llegar a Junin y tomar la Ruta 188 ya enfilados
para General Alvear, Mendoza... Nuestra parada a descansar como es
habitual, la hicimos en Realicó, en La Pampagonia, para proceder a
continuar el viaje hasta cruzar el límite con Mendoza a las 10:30
de la mañana del día 19, llegando a nuestra casa en Colonia Alvear
Oeste cerca del mediodía... Que decir de un viaje inolvidable de
5284 km, de recorrer once provincias, de conocer cuatro más de las
seis que nos faltaban, de ir completando el mapa de nuestra
bellísima Argentina y guardando recuerdos y fotografías de cada
lugar visitado. De poder decir por fin, sí, conocemos las
Cataratas, un lugar maravilloso...
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